lunes, 3 de septiembre de 2012

RODEO

Esta crisis, y mira que le tengo un odio profundo a esa palabra, se me está resistiendo. La verdad es que no es nada fácil cogerla por los cuernos como me propuse hace ya tiempo. Se resiste como un toro salvaje en pleno rodeo y por más fuerzas que hago para agarrarme bien siempre me acaba tirando al suelo. Y yo me levanto y lo intento de nuevo pero no hay manera de que se deje dominar, es más, se crece y se viene para mí cada vez más fiero y rebelde.
Nos rodean las malas noticias, el pesimismo, la impotencia y la frustración. Nos sentimos muy pequeños ante  esta abrumadora tormenta. Decidme, ¿cómo ser positiva si tras este año, del que me voy a abstener de describir aun más, asoma uno nuevo por el horizonte que se intuye oscuro y tenebroso? ¿Cómo?
A mí las cosas, dentro de lo que caben, no me están yendo tan mal y es que además, una ha de ser prudente a la hora de expresar sus inquietudes respecto al futuro o el difícil presente, porque siempre puede haber alguien que lo esté pasando mil veces peor. Eso seguro. Pero oiga, que dentro de lo malo yo esté en lo menos malo no significa que me tenga que conformar con el porvenir vacío que parece depararme.
Yo sé que lo que El Caminito necesita es mucho cariño, dedicación e ilusión y desde luego, los está teniendo. Empezó como un gran sueño que poco a poco y tras mucho esfuerzo se fue cumpliendo. Una meta que alcanzar y que con orgullo llegué a tocar con mis dedos. Sin embargo, le está costando bastante arrancar aunque eso sí, los poquitos hospedajes que hemos hecho hasta ahora han sido un éxito.
Necesito paciencia y dedicación pero es difícil estar de una pieza con todo lo que está pasando y lo tentador que resulta la idea de salir pitando a cualquier otra parte, de ser valorada como profesional de la comunicación y de empezar a vivir como yo quiero. Al menos, intentarlo. 
Lo que sí tengo muy claro es al final, lo que tenga que ser, será.

Feliz comienzo de semana, de mes y de nuevo chaparrón. No hay duda de que sois todos unos valientes.

jueves, 9 de agosto de 2012

Stai sereno sempre

¿Hemos arrancado con buen pie o me lo parece a mí? No lo quiero decir demasiado pronto ni muy alto pero parece que el proyecto ya está en marcha. A lo mejor me equivoco así que os describo los síntomas que me hacen pensar que esto podía estar funcionando ya y vosotros me confirmáis si es así o no:
1- Recibir una llamada el lunes por la tarde con el fin de reservar una habitación durante la semana de la feria al completo.
2- Recibir una llamada esta mañana de alguien interesado en una habitación doble para este sábado.
3- Cerrar ambas "transacciones" definitivamente.
4- Contactar con una chica que trabaja en el sector turístico en la comarca y que además, parece interesada en crear lazos.


Yo diría que nos hemos puesto manos a la obra y ni nos hemos dado cuenta.
Y como dijo aquella muchacha alegre y voluptuosa durante todo un verano: ¡Que el ritmo no pare!

Ah, y por si acaso os parezco algo taciturna o serena a pesar de las buenas noticias, no penséis que por dentro no estoy dando saltos como una loca, es simplemente que no quiero cantar Victoria antes de tiempo. He dicho.

domingo, 5 de agosto de 2012

¡Fin de la cuenta atrás!

Por si no os habíais percatado, la cuenta atrás ha llegado a su fin. Ya sabéis que en realidad acabó el día noventa pero por varias circunstancias prorrogamos la fecha final hasta el día de hoy. En consecuencia, en cuanto suba esta entrada eliminaré el espacio que ha estado contando los días durante estos cuatro meses, ¡casi nada!
Cest finit! La transformación de un piso estropeado, maltratado e incluso ensombrecido ha finalizado por fin. Sí señor, y lo hemos hecho con nuestras manitas y con los recursos que teníamos al alcance, pero sobre todo con una ilusión tremenda, muchas ganas de trabajar y grandes espectativas. Yo estoy muy contenta, dije que lo haría y lo he hecho, cosa que me provoca una sensación un tanto difícil de describir, una mezcla entre paz y energía para emprender cosas nuevas. Esto engancha así que aprovecharé estas ganas para dar el segundo paso de nuestro proyecto: conseguir clientes y hacerles sentir como reyes en su estancia. ¿Me acompañáis en este viaje? Para mí, sería un honor.


sábado, 4 de agosto de 2012

jueves, 2 de agosto de 2012

¡He creado un monstruo!

Definitivamente , algo raro está pasando dentro de mí, no sé qué es pero crece sin parar cual alien que empuja incansable hasta poder salir y hacer de las suyas. ¿Podría ser que un gran ramalazo decorador se esté manifestando en mi interior? Es imposible de asimilar ya que la decoración es algo de lo que siempre he huido, y si tuve que huir es porque a mi alrededor siempre hubo alguien a quien le encantaba y me solía engatusar para mezclarme en esos asuntos. ¿Qué carajo me importaba a mí si a ese sofá le pegaban unas cortinas en tonos ocre o azules? Sillones de mimbre...¿para qué, es que tenemos un jardín y yo no lo sabía? Que si una mesa de madera de cedro con orejas, una alfombra beige que en verano es sustituida por una mesita baja para el salón, que si una sobre-funda para el sofá a juego con los cojines del orto sofá, la revista mi casa, la de Ikea etc., etc., etc. Cosas en las que si podía evitar verme envuelta, mucho mejor.
Pues sí, supongo que esto es lo que pasa cuando una se mete en un proyecto como en el que nos embarcamos, que entre todos estos años y el trabajo en el piso, se ha creado un monstruo.
¿Los síntomas?: me fijo en las casas de los demás, cosa que antes no pasaba; lámparas, cortinas, fundas, alfombras, cuadros, espejos, jarrones, CENTROS DE MESA, la consecuente mesa, las sillas y cada pequeño detalle que cae en mi campo de visión. Pero hay más. No recuerdo ni un momento de mi vida en el que un escaparate de decoración para el hogar llamara mi atención, ¡never ever! Me aburrían, me agobiaban, me desesperaban esas tiendas. Sin embargo, las cosas han cambiado desde un tiempo a esta parte, lo noto. Me he obsesionado con tener el piso preciosísimo, original, acogedor y creativo. Y claro, he acabado convirtiéndome en lo que más coraje me ha dado toda la vida: en una decoradora acarreadora de muebles, grandes bolsas y cajas llenas de objetos. Eso sí, no me gasto un duro, que para eso tengo mi almacén del hogar particular, y qué juego me está dando, oiga.
Tengo miedo, ¿qué será lo próximo, mandar mi currículum a Sálvame? ¡¡Que Dios me ayude!! (Estoy aviada).

Y encima luna llena, no prometo nada...

miércoles, 1 de agosto de 2012

Sueños de overbooking

Qué maravilla de ciudad, nunca me cansaré de decirlo. Málaga es bella por sus cuatro costados y no le falta de nada. Aun así, queridísimos lectores, si es que seguís ahí, no me quito de la cabeza que ya hace más de una semana que estrenamos El Caminito y todavía no han habido más "reservas". No es que esté preocupada, nada más lejos de la realidad, empezaré a estarle cuando mi cuenta se acerque peligrosamente a los números rojos. Tengo fé, fé en que esta idea es buena y es realista, y en que poco a poco se convertirá en algo bueno. Tiene que llegar a la etapa en la deje de parecerme un sueño hecho realidad para ser simplemente mi rutina diaria e incluso, que llegue a aburrirme soberanamente hacerlo. Eso significaría que ya habrían pasado tantas cosas en la casita de huéspedes que ya nada me sorprendería. Ojalá lleguemos a ese punto, mis valientes.
Vaya pedazo de luna la de esta noche, podría gastarla de tanto mirar.

lunes, 30 de julio de 2012

Doctor, ¿es grave?

Qué alegría y qué satisfacción realizar las cosas que una se propuso un día. Lo veía tan lejano que todavía no me creo que haya cerrado el capítulo que tanto deseaba finiquitar. El piso está listo, aunque cada día voy a ver qué puedo mejorar mientras la abalancha de huéspedes tiene lugar, es decir, que cada día luce un poco mejor El Caminito y eso me encanta. Hoy, sin imbargo, me he tomado la libertad de venirme a Málaga a pasar unas micro vacaciones, que hacía ya un mes que no aparecía por aquí. Se me notaba hasta en el humor. Bueno, pues no os creeríais lo que estaba yo pensando ahí tirada en la arena; pensaba en más detalles que podrían venirle de perlas al piso y en consecuencia, en volver cuanto antes.
Dios mío, ¿qué me está pasando? ¿Me estaré convirtiendo en mochana? ¿Tenéis alguna idea de cómo podría evitarlo? A lo mejor es demasiado tarde...

Hasta mañana, con más palabritas.